Durante los últimos años existe una fuerte corriente que intenta minimizar la importancia que el proceso visual tiene en los problemas de aprendizaje. Probablemente esta línea de opinión tenga su origen en criterios crematísticos y no en criterios basados en la evidencia. En este primer artículo presentaré tres estudios realizados por optometristas americanos, financiados por el Ministerio de Sanidad Norteamericano (ENI) y que demuestran la estrecha relación entre visión y aprendizaje. En la segunda entrega mostraré la importancia de la motilidad ocular y la percepción visual en el proceso de aprendizaje.